Ambos equipos han protagonizado hasta al fecha cuatro encuentros trabados, donde las defensas se han impuesto a los ataques y en los que los jugadores más talentosos de uno y otro bando -Huertas, Navarro, Carroll, Rudy o Sergio Rodríguez- apenas han demostrado regularidad. Hilando fino, solo Felipe Reyes o Mavrokefalidis -dentro de su papel- pueden presumir de ello.
Este domingo, las dos escuadras volvieron a dar un ‘contraclinic’ desde el triple -5 de 19 (26%) para los blaugrana, 3 de 18 (16%) para los blancos-, perdieron una ingente cantidad de balones -13 y 12- y no se cortaron a la hora de efectuar personales -20 y 17-. Sin duda, mucho tiene que ver la tensión por lo que hay en juego, pero lo triste es que no se trata de la primera vez.
Ya en el tercer choque, los porcentajes desde el perímetro fueron paupérrimos (26% y 23%) y las pérdidas siguieron en la línea de siempre (12 y 12, por las 13-15 y 14-12 de los enfrentamientos en el Palacio). Al menos, curiosamente el cuarto ha sido el más ‘limpio’ respecto a faltas, pues en los anteriores se realizaron 49, 44 y 44 personales entre ambos conjuntos.
Si a eso le sumamos la polémica del primer partido, el feo final de Rudy este domingo y una realización televisiva más que minimalista, nos quedamos con una serie no demasiado digna para ser toda una final y desde luego, un gancho mejorable si pretendemos captar al aficionado más ‘casual’.
¿Qué fue de aquellos dos equipos que nos deleitaron con un vibrante y tremendo espectáculo hace apenas cuatro meses en los cuartos de final coperos?