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Chus Mateo toma el mando de la selección absoluta con Paco Redondo como ayudante y el reto de volver a ilusionar a los aficionados

Empieza una era nueva en la selección española. Como avanzó nuestra web el pasado viernes, Chus Mateo es el elegido y este martes se realizará la presentación oficial del entrenador madrieño. También podemos adelantar que Paco Redondo es su ayudante tras ser fichado igualmente por la FEB. Redondo ha sido durante las diez últimas temporadas ayudante en el Real Madrid, las tres últimas a las órdenes del propio Mateo.

Con anterioridad fue campeón de España junior con el Joventut y con el propio Real Madrid y plata en el Europeo sub 20 con la selección, así que es una personal conocida sobradamente en el ámbito federativo y que sabe trabajar con los jóvenes y la cantera. Algo muy importante para esta nueva etapa en la selección absoluta pues el ochenta por ciento de jugadores llamados a protagonizar la próxima década tienen ahora entre los 18 y los 21 años.

Es decir, que salvo Aldama, Parra, Pradilla, Alocén, Garuba y Brizuela, los bases, exteriores y pívots de los próximos campeonatos están en plena formación. Algunos pocos en clubes españoles y la inmensa mayoría en universidades de Estados Unidos o ya abriendo la puerta de la NBA como es el caso de Hugo González, ex pupilo de Mateo y Redondo en el Real Madrid las dos últimas temporadas.

Ambos entrenadores, lógicamente, se van a poder complementar bien por la confianza que se tienen y tienen ya enseguida la tarea de empezar a pensar en la ‘ventana’ Fiba de finales de septiembre. Su debut será el 27 de noviembre en Dinamarca y luego jugarán en Tenerife contra Georgia. Como es sabido, los jugadores en Estados Unidos o en equipos de la Euroliga no estarán disponibles, así que de los que fueron al Eurobasket el pasado agosto apenas Santi Yusta puede ser convocado. También Alberto Díaz, que fue descartado por una lesión muscular.

Por su parte, Chus Mateo comentó en su presentación que «nunca sabes lo que te va a pasar, ni en la vida ni en el deporte. Y esto para mí es un sueño cumplido, aunque nunca pienses que pueda suceder. La vida viene como viene y toca esto. No sé si es el mejor momento, pero es el que es. Y lo voy a afrontar con determinación y valentía. Me apasiona lo que hago y voy a tratar de demostrar esa pasión que tengo».

Añadió que «estoy convencido de que hay que hacer cosas nuevas, mirar fórmulas diferentes en un momento determinado donde el baloncesto nacional nos lo pide. Ahí tenemos que trabajar codo con codo. Veo ganas de trabajo y unidad, y eso me ilusiona muchísimo. Hay que trabajar codo con codo para que en el baloncesto nacional todos podamos dar un paso adelante. Hay que ilusionarse, unirse. Quiero ser muy positivo y dar un mensaje optimista porque lo siento así: va a ir bien».

El nuevo seleccionador dijo de su predecesor que «ha dejado un legado extraordinario junto a los jugadores que le han acompañado». Dos de ellos han sido los hermanos Willy y Juancho Hernangómez, de los que afirma que son «dos jugadores fundamentales a futuro» a pesar de que el último Eurobasket «no haya podido ser el mejor de la historia» y «hayan podido salir señalados»: «En otros han hecho Europeos extraordinarios y no podemos olvidarnos de estas cosas. Tenemos que tener criterio».

El técnico madrileño ya conoce lo que es la federación y la selección absoluta, pues fue ayudante del propio Scariolo. Para él fueron momentos «distintos» aunque cree que «es un bagaje importante para conocer ciertos mecanismos y el saber qué significa representar al equipo nacional».

«Han pasado unos cuantos años -reconoce-, pero entiendo que la esencia de lo que es el equipo nacional y la federación ha de mantenerse en el tiempo por respeto a los que han representado a la selección en años anteriores, por la historia de esta federación, por el prestigio que tiene a nivel europeo y mundial. El prestigio y la historia no se pierden».

«Quiero lanzar un mensaje de ilusión no solamente a los jugadores, que creo que tenemos potencial suficiente para volver a vivir momentos muy felices con la selección, sino también a la afición, que va a estar muy pendiente, que está muy detrás, que se identifica mucho con la selección. Vamos a trabajar codo con codo para llevar la ilusión otra vez a los hogares de España», añadió.

Mateo asume que hay que trabajar de otra forma porque muchos jóvenes están en universidades de Estados Unidos: «Quiero que los jugadores españoles que estén en todos los sitios sientan que su seleccionador va a estar muy cerca de ellos. No solo para verles, que lo haré, sino para que se sientan partícipes independientemente de que vayan a formar parte de la selección final o no. Quiero que sientan que pueden ser elegidos en todo momento y que la federación es una válvula de escape para llorar en el hombro en un momento determinado. Quiero darles ese cariño; no quiero que seamos un ente frío».

En cuanto al tiempo que se marca para volver a ver a España peleando por los título, comentó: «Las prisas nunca han sido buenas en el deporte». «Hay que tratar de hacer las cosas bien y eso requiere de la inmediatez que siempre tendremos ahí, pero también de la pausa y la reflexión que en un momento determinado requiere una reestructuración de una base, de un poso que está y que a todos nos ilusiona. Hemos visto brotes verdes y hay que dejarlos crecer. Hay que dejar que las cosas fluyan y vayan poco a poco. Plantearse si en dos, tres o cuatro años vamos a tener una generación buenísima… a lo mejor la tenemos en menos, a lo mejor tardamos más en llegar. Sí mando un mensaje de optimismo: eso va a llegar sí o sí», agregó.

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