Barcelona: las rescisiones como la de Calathes ahora y Hanga y Claver antes cuestan dinero y disgustos; las prisas, también

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ACBPhoto/Salgado

Ganar la Euroliga no es nada fácil. Ni teniendo un gran presupuesto. Siempre lo ha tenido el CSKA, muchos años el más alto con la favorable fiscalidad como aliado, otras veces uno de los tres más altos. Y sólo ha ganado cuatro Final Four jugándola 18 veces. El Olympiacos se tiró décadas con la frustración de no ganarla, lo mismo que los equipos turcos, sin corona ni Efes ni Fenerbahce hasta los últimos tiempos.

El Barcelona y el Real Madrid han perdido unas cuantas finales este siglo o caído en semifinales para saber que no es fácil. El equipo azulgrana contrató a Jasikevicius y realizó dos fichajes relevantes, Mirotic y Higgins, y otros dos muy importantes, Davies y Calathes, para acabar con esa frustración de no levantar el trofeo continental desde el 2010.

No ha funcionado la fórmula. Finalistas en el 2021 y KO en semifinales hace un mes. Ahora todo se pone en cuestión. Hay críticas hacia el propio Jasikevicius, muy justas por cierto. Su nerviosismo y errores en la rotación fueron decisivos en esa final perdida contra el Efes. En Belgrado, cargó contra su plantilla de forma ridícula y acabó aburriendo hasta a dos de sus mayores pretorianos, Davies y Calathes.

Jasikevicius tiene el apoyo del 90 por ciento de la afición sino más. Así que su futuro no peligra. Otra cosa es hasta qué punto va a tener manos libres para hacer y deshacer. El presupuesto para salarios de jugadores baja de cara a la próxima temporada. Hay que negociar un recorte en el suyo propio y en el de Mirotic.

El entrenador lituano quiere dar varias bajas y busca un plantel diferente. El problema es que acaban contrato cuatro jugadores, que no siguen (Davies, Exum, Hayes y Smits) pero es mucho más complicado deshacerse de Calathes, Oriola, Sanli o Abrines. Tienen contrato y negociar rescisiones es algo que no gusta nada al manager de la sección, Juan Carlos Navarro.

Ya lo hizo muy a disgusto hace doce meses con el capitán, Hanga, y con un amigo como Claver. Gastaron mucho en sus salidas y no hubo margen para fichar a Kalinic.

Ahora Calathes está dispuesto a irse tras un agrio distanciamiento desde hace muchos meses con Jasikevicius, pero su salario de más de 4 millones brutos está ahí. En Grecia hablan de darle 1,5 millones como compensación y Maccabi, Fenerbache o Panathinaikos seguro que podrían hacerle un buen contrato por dos años. Sanli ganará dos millones brutos la próxima temporada. Abrines, alrededor de 1,5. Lo mismo que Oriola.

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Con la temporada que han hecho estos tres, imposible que firmen algo similar en ningún sitio. Sólo con una alta rescisión podrían aceptar marcharse. Y cada rescisión será un pellizco importante al presupuesto y menos dinero para reforzarse.

Las prisas por querer cambiar todo sin valorar lo que se tiene y lo conseguido con este plantel como supuesto camino más rápido para llegar al trono continental pueden salir muy caras.

GlobalSun

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