Cuando hace mes y medio la renovación de Sergio Rodríguez parecía algo complicada, una conversación las pasadas navidades desatascó la situación. El base pudo ver que el Real Madrid no sólo cuenta con él sino que lo considera una pieza fundamental del actual proyecto… justo lo contrario que en la primavera del 2012, cuando le abría las puertas para que se fuera y el fichaje de Draper lo evidenciaba.
Ha crecido tanto el Chacho, ha ganado tanta confianza, ha sido capaz de explotar todo lo que lleva dentro que ya nadie le ve defectos. El jugador tinerfeño está siendo clave para el Madrid desde mediados de la pasada campaña, cuando pasó de ser un suplente de buen rendimiento a soltar la mano con mayor asiduidad. Se convertía así en uno de los mejores anotadores para los de Laso y en uno de los jugadores más fiables de la Liga española y de la Euroliga. Sólo hay que ver sus extraordinarios porcentajes de tiros de dos y de tres sin perder la capacidad de ser uno de los mejores asistentes.
Por supuesto, mueve el equipo como pocos bases en toda Europa y encima el Madrid y Laso han sabido adaptarse a él en vez de esperar que Sergio fuera el base que no es, como pretendía Messina. Todo ello hizo que la directiva del club blanco atacara su renovación. O más bien ampliación de contrato. Porque el jugador estaba atado hasta junio de 2015.
Pero se le ofreció tres años más y con una relevante ampliación de salario después de bajárselo de forma importante en 2012. De estar en una escala media dentro de la plantilla a colocarse por detrás de Rudy, a la altura de Llull y Mirotic. Además, como al otro base, renovado hasta el 2018 el pasado curso, con el Chacho el Madrid ha hecho lo mismo, ampliación hasta junio de de ese año.
Por último, apenas se ha subido la cláusula de salida hacia la NBA. Aunque Sergio no tiene prisa ninguna por irse de nuevo a la liga estadounidense, tampoco renuncia a una segunda etapa allí que le resulte más satisfactoria. Más por lo deportivo que por lo económico, por poder demostrar que se equivocaron con él. Que puede jugar allí de titular con garantías. Esa cláusula de 500.000 dólares se ha elevado ligeramente y si llega algún contrato garantizado de alguna franquicia seria e importante, el Chacho se lo pensaría.
Para ir a una franquicia perdedora o que rara vez entra en playoff, se queda en el Real Madrid, donde es feliz y por fin le aprecian todos, club y afición.