Golden State Warriors defiende la corona de campeón de la NBA, título que reconquistó en 2017, y la posibilidad de establecer definitivamente una nueva dinastía en la competición norteamericana, que podría ganar por tercera vez en cuatro años de hacerse de nuevo con el Anillo.
Los Warriors mantienen el bloque tras renovar con jugosos contratos a Curry y Durant y retener a última hora a Andre Iguodala, uno de los héroes que menos escaparates protagoniza para lo que supone para el equipo. Han añadido además a Casspi, alero versátil, y Nick Young, tirador empedernido.
Las apuestas están con ellos. No sólo por el nivel mostrado el año pasado, sino por la conjunción de un equipo construido únicamente para ganar.
En la otra orilla están los candidatos a quitarles el trono a los de Oakland. Y la competencia ha crecido una barbaridad desde este verano, en el que ha habido numerosos trasvases de estrellas del Este al Oeste.
Los Rockets de D’Antoni, reyes del triple el año pasado, se han reforzado con Chris Paul en lo que parece un claro ajuste para atacar el campeonato. Se quedaron, eso sí, sin Carmelo Anthony, que quería ser traspasado allí pero acabó en Oklahoma City Thunder, otro de los rivales potentes de la conferencia.
Houston vuelve a contar con James Harden como máxima estrella, también con una renovación multimillonaria. Para tratar de pulir errores, Daryl Morey se ha llevado consigo a P.J. Tucker y Luc Mbah a Moute, dos férreos defensores exteriores que tendrán una importancia capital a la hora de mejorar esa parcela, uno de sus puntos flojos. Seguirán los Gordon, Anderson, Ariza… para seguir ametrallando desde la línea de tres.
Oklahoma presume ahora de big-three. Años después de estar con Harden y Durant, ahora son Paul George y Carmelo Anthony los que acompañan a Russell Westbrook, que este pasado mes firmó el mayor contrato de la historia de la NBA hasta ahora. El trabajo en los despachos ha sido fantástico y cuentan con el actual MVP. Muy a tener en cuenta.
La gran incógnita es si contar con San Antonio Spurs en este grupo de favoritos. La historia nos empuja a decir que sí, pero hay algunos puntos discordantes este año como para pensar que el bajón definitivo puede llegar ya. Tony Parker regresa de una larga lesión, Manu Ginóbili aceptó dos años más tras pensárselo mucho y Pau Gasol aceptó un contrato largo a pesar de estar ya en 37 años. LaMarcus Aldridge y Kawhi Leonard deberán sostener el proyecto. La buena noticia podría ser que les salieran bien las apuestas, que es Rudy Gay (muy bueno, pero irregular). Siempre hay que creer en Gregg Popovich.
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— San Antonio Spurs (@spurs) 16 de octubre de 2017
En el pelotón de cabeza podría irrumpir con fuerza Minnesota Timberwolves. A los jóvenes Wiggins y Towns se les unió Jimmy Butler y tres jugadores muy contrastados como el anotador Jamal Crawford, el pívot Taj Gibson y un base como Jeff Teague. Ahora, sin Ricky Rubio y de la mano de Thibodeau, buscan por fin un hueco en la élite de la conferencia porque ya tienen -indiscutiblemente- plantilla para ello. Y para rato. Será de los equipos más divertidos de ver con éstos más Towns y Wiggins.
La otra apuesta fuerte de mejora en verano fue Denver Nuggets. Mike Malone mantiene casi todo el bloque, que además adereza con rotaciones largas que benefician a hombres como Juancho Hernangómez. Pero es que adquirieron a Paul Millsap, que sigue y sigue sumando buenas temporadas pese a rebasar la treintena. Después de llevar algunos años en el filo de los playoffs, éste debería ser el bueno.
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— Denver Nuggets (@nuggets) 14 de octubre de 2017
Los Angeles Clippers es donde se fue Danilo Gallinari, que llegó desde Denver. Se ha desarmado el bloque de la Lob City tras las marchas de Paul y Crawford. Blake Griffin se queda como jugador-franquicia, pero sin tanto buen material como en los últimos intentos de victoria. Dekker y Beverley añadirán físico; Milos Teodosic, por fin en la NBA, la magia. Los Clips son una incógnita en cuanto a predicciones.
Hora de la verdad en los Pelicans. A mitad de la temporada pasada lograron juntar a Anthony Davis con DeMarcus Cousins, el dúo interior más feroz de la actualidad. Pero faltan más elementos. Se han reforzado bien, con un Ian Clark campeón o un Tony Allen con energías renovadas. La más importante, a pesar de sus problemas físicos, es la incorporación de Rajon Rondo. Esta mezcla debería derivar en una pelea por meterse en la postemporada.
Sin embargo, en Memphis no hay tantas esperanzas. Se ha roto el vínculo del grit ‘n’ grind que tanto ha significado a la franquicia la última década. Precisamente la salida de Allen, al igual que la de Randolph y Carter, lo ha propiciado. Los Grizzlies van cortos de efectivos. Con Gasol y Conley resistiendo, serán Ben McLemore, Tyreke Evans o un Chandler Parsons al que se le acaba el tiempo los que equilibrarán o no la balanza. De ser negativa la respuesta, Marc ya ha avisado que repensará la situación.
Otro equipo que bailará cerca del octavo puesto es Portland Trail Blazers. También continúan con casi todo el bloque. Lillard quiere más, McCollum sigue creciendo y la línea exterior (Aminu, Harkless, Turner) ya dio un paso adelante el año pasado junto a Jusuf Nurkic, la revelación. Stotts espera seguir dando sorpresas.
En los que se espera que bajen rendimiento también tenemos a Utah Jazz, la nueva franquicia de Ricky Rubio. La salida de Hayward dolió mucho y minó la moral de la tropa de Quin Snyder, que había logrado una plantilla tremendamente compensada, joven y corajuda. Otros conocidos de Europa como Ingles, Gobert (siguen), Udoh u O’Neale (llegan) completan la alineación.
Ricky en fuego anoche! pic.twitter.com/VL6NCLfGcS
— Utah Jazz (@utahjazz) 10 de octubre de 2017
Los Lakers tienen deberes que hacer. Entre ellos está el definir la temporada una vez se vea por dónde va a tirar, como hicieron el año pasado. Lonzo Ball está acaparando todos los titulares, pero también están los Bogut, Lopez, Kuzma o Caldwell-Pope. Todos ellos son nuevos. Sobreviven también otros hombres con talento como Randle, Ingram o Clarkson. La suma de juventud y veteranía debería dar para más que escapar del farolillo rojo, algo con lo que ‘Magic’ estará de acuerdo.
Para Sacramento Kings será otro paso en la reconstrucción. Han logrado un bloque joven mediante rondas de draft y algún canje. Buddy Hield es la cara ilusionante, pero también hay que ver cuál será el papel de Bogdan Bogdanovic, apuesta personal de Vlade Divac. Se les juntan Hill, Randolph y Carter, ojo, pueden dar la campanada ya mismo.
.@mrVinceCarter15 welcomes @LeaderOfHorde into his first NBA game pic.twitter.com/12aCMyf9Wq
— Sacramento Kings (@SacramentoKings) 3 de octubre de 2017
Más problemas tienen en Dallas Mavericks para reconstruirse. Aún no lo ha dejado Dirk Nowitzki, que sigue pero con reducción de sueldo. También lo hace Nerlens Noel. Son las dos caras de la moneda. El año pasado lograron hacer verdaderos malabares con pocos mimbres, que mantienen esta temporada. Carlisle se la juega a la improvisación y ya sabemos que eso suele acabar mal, pero es uno de los entrenadores con más crédito de toda la liga.
Por último, Phoenix Suns continuará la travesía por el desierto. Devin Booker es el líder de este joven equipo, que derrocha energía pero anda muy falto de carácter competitivo de primer nivel. Mike James, ex de Baskonia, probará suerte allí. Uno de los candidatos a tanking.