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Análisis de la Copa, según Mariano de Pablos: los deberes que deja el torneo

Ha finalizado la Copa, una edición brillante, con récord de puntos en la final para el Real Madrid, con récord de asistencias en el global del torneo a los partidos…

Vamos a hacer un par de balances. El primero nos lo ofrece Mariano de Pablos, ex entrenador del Estudiantes, a quien agradecemos su colaboración:

Deberes que deja la Copa

Ha sido una edición extraordinaria, un fantástico ambiente y, por encima de todo, dos partidos a la altura del mejor baloncesto que se puede ver en Europa. La semifinal entre Baskonia y Real Madrid y la Final entre los blancos y Valencia Basket  han sido encuentros maravillosos, dignos de la historia de la competición y del nivel de sus tres magníficos entrenadores.

El Real Madrid de Pablo Laso suma su cuarta Copa consecutiva. El ciclo del técnico vitoriano ha sido y es una bendición para los ellos y para el baloncesto español porque su filosofía suma cada día más adeptos y el reto de intentar ganar a este equipo legendario saca lo mejor de muchos de sus rivales. Hay que dar mucho valor a esta victoria por lo que exhibe de mentalidad ganadora para un grupo que con la barriga llena de títulos últimamente pudo tener la tentación de “abandonarse” en momentos adversos de sus partidos previos a la final.

Valencia Basket ha confirmado que es un colectivo tremendo, con una solidez excelente para la alta competición. Un equipo de nivel Euroliga, sin ninguna duda, y al que no cabe sino desear que logre su objetivo de formar parte de este selecto colectivo. Pedro Martínez no cuenta con ninguna súper estrella (aunque Dubljevic ha mirado a los ojos o por encima a cualquier interior de la competición) pero ha construido un grupo solidario e intenso en el que el uso del pase y el equilibrio entre el juego interior y exterior son aspectos diferenciales respecto a otros equipos.

La Copa deja muchísimos aspectos positivos pero también tareas pendientes para todos los equipos para la segunda parte de la temporada. Aquí comento algunos:

Real Madrid. Rudy Fernández es la patata más caliente que tiene Laso. La maestría del técnico en conseguir implicar a todos sus jugadores nos obliga a pensar que sacará de nuevo lo mejor de un Fernández que tiene condiciones para seguir siendo un referente de este equipo. El huracán Doncic y los intangibles de Taylor parecen ahora mismo que ofrecen más garantías al técnico vitoriano.

Valencia Basket. Qué difícil es tener tres bases de buen nivel y que todos puedan rendir. Pedro Martínez lo sabe bien pero todos ellos se lo ponen difícil con momentos de buen juego. Ahora mismo el más desconectado parece Diot, que ha llevado mayoritariamente el peso del equipo en la primera parte de la temporada. El baloncesto a veces escapa a las lógicas y el Valencia no está en ese punto, pero puede pasar que contar con tres muy buenos bases en la plantilla puede derivar en que la posición no tenga un buen rendimiento.

Baskonia y la fiabilidad. La Copa debe reforzar al Baskonia después de unas semanas donde el grupo parecía haber perdido la intensidad y verticalidad que les caracterizaba. El final del partido contra el Madrid  es un síntoma de cierta inestabilidad que afecta a varios jugadores. Beaubois, Larkin, Bargnani, Voigtmann y Laprovittola, entre otros,  son jugadores con indudable talento y capacidad para generarse sus puntos pero tienen ese puntito en el que cuando estás jugándote el partido casi no apetece mirar.

Barcelona y su diván. El Barcelona es un equipo con muchas heridas por restañar. Físicamente hay varios jugadores que no pueden jugar ciclos de más de cinco minutos, la enfermería no acaba de vaciarse, sino todo lo contrario, y la química que se percibe cuando estás cerca de ese banquillo es desoladora si atenemos al lenguaje no verbal de jugadores y técnicos. Es momento de dejar de pensar en lo que falta y reforzar al máximo los activos con lo que  cuentas.

Morabanc Andorra. Poco más que pedir al Andorra. Su partido de cuartos contra el futuro campeón fue extraordinario, atrevido en ataque e inteligente en defensa. La Copa debe reforzar la confianza del equipo para los partidos que juegue como visitante, su talón de aquiles. Ese reto debe ser el objetivo para la segunda vuelta ya que es el salto definitivo que separa a los buenos de los mejores.

Iberostar Tenerife se encontró con un buen Baskonia con el que tuvo el mérito de no dejar de intentarlo en ningún momento. En su caso, la tarea pendiente debe pasar por no conformarse, pelear por contar con el factor cancha en los Play Offs de cuartos de final en la Liga Endesa y asentar el proyecto para que esta presencia en la Copa del Rey no se convierta en algo esporádico.

Unicaja de Málaga pensó contra el Barcelona más en la camiseta que tenía enfrente que en el verdadero equipo contra el que peleaba.

La Copa explica por qué los malagueños no están en la misma “liga” que Baskonia y Valencia. Carácter, mentalidad, ritmo y quizás cierta falta de exigencia que se transmite desde dentro. De momento, Omic, no cuaja como fichaje y Plaza tiene tarea para encontrar equilibrio entre el orden que propone y el vértigo en el que parecen encontrarse más cómodos Nedovic, Fogg, Smith y compañía.

Herbalife Gran Canaria no tuvo opciones. Valencia Basket no permitió que entraran al partido ni que volvieran a él en ningún momento. Los canarios no igualaron la actividad e intensidad de su rival. La asignatura pendiente de los de Luis Casimiro pasa por mejorar su trabajo defensivo, la actividad en el lado débil y conseguir que la defensa les ayude a producir más puntos.

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