Así que habrá paganos y justos culpables de esta situación. Todas las críticas que se llevan Alberto Herreros y Juan Carlos Sánchez como máximos responsables de la sección son justas porque lo han hecho mal. Es así de simple. Por tanto, la continuidad de ambos es dudosa ahora mismo. Hay varios fichajes que no han funcionado y no han sabido frenar el terremoto que ha supuesto Prigioni, su carácter y sus exigencias en el vestuario.
Además, no supieron encontrar un entrenador al dimitir Messina hace tres meses. Su apuesta por Lele Molin ha sido totalmente equivocada. No es un primer entrenador y se ha visto.
No ha tenido personalidad para reconducir al grupo ni para dotarle de sentido competitivo. Ha repetido el sistema de juego y las rotaciones de su ‘jefe’ Messina cuando no funcionaban con el ex primer entrenador y era palpable desde el inicio que no valían con el ayudante.
Así que Molin no seguirá y cuando hay un cataclismo como éste siempre quedan tocados los dirigentes. Sánchez lleva un año, ha reducido el gasto en cinco millones y se ha vuelto a una Final Four. Pero se le veía decepcionado estos días, cuenta gente de su entorno y no es seguro que continúe, bien por cese, bien por dimisión. En cambio, Herreros lleva unos cuantos años sin dar con la tecla correcta y su figura está debilitada. Lo estaba desde hace meses a nivel interno del club y este final de temporada no le va a ayudar.
Pero Carroll ha cambiado de agente hace unas semanas y su nuevo representante negoció con el Barcelona. El Madrid no pondría problemas a que se fuera allí, según algunas fuentes, pues algunos de los posibles nuevos técnicos dudan de su físico y de si dará en un club grande el mismo rendimiento que en el Gran Canaria.