Es imposible que no cruce la cara una lágrima al contar el adiós a Ginóbili, Nocioni y Tony Parker a sus respectivas selecciones. Son tres genios de un calibre histórico, junto a Pau Gasol, Navarro y Nowitzki, que se retiró el pasado año del combinado alemán, los jugadores más importantes de este siglo XXI. Se podría añadir quizá a Diamantidis, que decidió dejar de jugar con Grecia hace ya muchos años y se ha retirado también del Panathinaikos el pasado junio, y a Scola, que no quiere confirmar si deja la selección o no.
Ginóbili dijo anoche tras ser jaleado por sus compañeros y miles de aficionados en el pabellón Carioca 1 de Río que «un ciclo termina, un ciclo que significó mucho, por el que resignó un montón de cosas, por el que gozó como nadie y sufrió como pocos», pero en el que «no me quedó nada».
«Tengo la enorme fortuna de que con 39 años jugué otros Juegos Olímpicos, que los volví disfrutar, que me sentí útil, que no vine de adorno. Hicimos un buen papel, clasificamos para cuartos pero lamentablemente nos tocó el mejor equipo del torneo (Estados Unidos). Pero así y todo soy un tipo muy afortunado».
Por su parte, Parker se va «orgulloso de lo conseguido». «Creo que hicimos historia en el baloncesto francés», añadía el base. «Estoy muy orgulloso con todo lo que ha conseguido mi generación de jugadores. Por supuesto, el mejor momento fue en 2013, cuando también hicimos historia, al ganar por primera vez un oro para Francia en un Europeo».
