El Baskonia seguramente no tiene ni la calidad ni la amplitud de plantilla que los grandes presupuestos de Europa, pero, como el Zalgiris o la Virtus, es un equipo muy difícil de ganar en su pabellón. El Mónaco pudo comprobarlo y de paso certificar que no está al nivel de los mejores a su vez. De finalista el año pasado a dar pasos atrás y mientras no pueda inscribir fichajes por la sanción recibida, va cojo en algunas posiciones.
El equipo baskonista se fue al descanso con un 43-34 después de que el conjunto monegasco se estrellara a veces contra su defensa, a veces con su inusual desacierto. El 12 de 36 en tiros de campo de los visitantes era significativo. Sólo Theis y Diallo tenían buenos porcentajes y eran malos los de Mirotic y Mike James. El Baskonia, con un 7 de 17 en tiros de tres, había ido acumulando su renta en el segundo cuarto. Aunque al final del primero empezaron a dominar. De un 9-12 se pasó a un 17-14 y, ya en el segundo parcial, a un 21-14.
El Mónaco pareció espabilar (27-14), pero de nuevo se amplió la ventaja con un 5-0. Luego un triple de Radzevicius puso una máxima diferencia (38-28) y un +9 finalmente en el ecuador del choque. Buenos minutos también en la reanudación y un prometedor 54-38 tras sendos triples del lituano y Howard. Pero llegó un 0-14 para los de Spanoulis y el encuentro pudo cambiar. Pero no, magnífica respuesta baskonista con un 8-0 para tomar aire y un 62-55 a falta del último periodo.
Comenzó con un 7-0 y tampoco fue definitivo. El Mónaco intentó agarrarse al partido. Había un 72-62 restando cinco minutos, se acercaron los visitantes al 74-68 y Luwawu-Cabarrot anotó de dos con rapidez para dar tranquilidad a falta de tres minutos. El jugador francés añadió enseguida cinco puntos más y el triunfo fue ya sin agobios. Gran 12 de 25 en intentos de tres del Baskonia, muchos jugadores aportando y sólidos en el rebote con 40 capturas.

