El 7 de junio de 1993 un trágico accidente de coche nos dejaba sin Drazen Petrovic. Si no el mejor jugador europeo de siempre, sí uno de los tres mejores. Desde luego uno que ha quedado en la memoria de todos los aficionados.
Sus primeros años en la Cibona, su gran impacto en los torneos de selecciones con Yugoslavia primero y Croacia luego, su temporada en el Real Madrid y esas dos últimas campañas en la NBA fueron un lujo. Es muy difícil encontrar un jugador del continente con esa facilidad anotadora, sólo Gallis y Nowitzki pueden estar a su altura.
Son innumerables los partidos y las exhibiciones individuales que nos dejó Petrovic. Esta contra EEUU en el Mundial de 1990 refleja bien cómo evolucionó su juego:
49 puntos y 10 asistencias con la Cibona frente al Madrid en la Copa de Europa de 1986:
Luego, en 1989, ya como madridista, le metió a 47 a su ex equipo:
Ya con la Croacia independiente Petrovic fue una de las sensaciones de los Juegos de Barcelona’92:
En la NBA, se fue frustrado por jugar poco de los Blazers y tuvo un año con los Nets promediando 22 puntos:
