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19 minutos de charla por teléfono con Albert Soler, el ya ex candidato a dirigir la ACB, otro buen nombre quemado

No conocía a Albert Soler ni había hablado nunca con él. Ahora que ya ha pasado el proceso de selección de nuevo presidente ejecutivo de la ACB, puesto para el que fue votado ayer sin alcanzar el número suficiente de votos, me apetecía charlar con él. Saber qué piensa de lo sucedido y qué pensaba hacer de haber accedido al cargo.

Han sido 19 minutos menos siete segundos de conversación telefónica. No puede contar al detalle y con frases textuales todo porque no ha sido una entrevista grabada sino una charla con alguien que podía asumir un cargo en una situación de crisis en un deporte que a mí me gusta y en un ente que veo en claro riesgo de derrumbe, la ACB. Espero que no le moleste que traslade aquí el resumen de algunas cosas comentadas.

Aunque a algunos de mis lectores les cueste creerlo y a algunos clubs también, a mí -es obvio pero bueno, lo recuerdo- me daba igual quién fuera votado como presidente. Hombre, si hubieran elegido a Paquirrín o a alguien ajeno al mundo del deporte, pues hubiera dicho que puede ser un error pero lo hubiera aceptado.

Ni tengo intereses en ningún club ni estoy al lado de ninguno en este proceso. Desde que comenzó, esta web contó que había una quincena de aspirantes y que me parecía que había dos válidos en principio, Alfonso López y Albert Soler. Escrito quedó aquí.

A otros parece que aparte del curriculum les interesa mucho su club de fútbol, su ideología o la ciudad de nacimiento. A mí no. Creo que en algunas cosas Alfonso hubiera sido el ideal mientras que en otros puntos del perfil que se buscaba, Soler era más apropiado.

El caso es que he llamado a Soler, que recibió 11 votos de 18, pero la votación, según los estatutos requería 14. Él dice que sale de este proceso «agradecido a la ACB y a los clubs por haberme dejado exponer mis ideas» y agradece especialmente la confianza del Fuenlabrada, que es quien le presentó para el cargo.

Asimismo, Soler dice que no se toma esa votación «de forma negativa» porque «yo me he criado en el mundo del deporte, fui jugador profesional de waterpolo del Mediterrani, que es mi único club, y eso te hace saber desde pequeño que se puede ganar o perder. Es la esencia del deporte. Yo siento que he ganado este proceso pero digamos que no anoté los puntos suficientes, no metí los goles suficientes porque la normativa exigía 14».

Entiende Soler que algunos no le votaron no por que él no gustara sino porque fue una víctima del sistema, de una normativa y de un bloqueo que padece la ACB al estar los dos grandes enfrentados y algunos clubs sometidos a fuertes alianzas con alguno de ellos. No quiere pensar que ser catalán, socialista le perjudicara con alguno o que le puedan considerar barcelonista cuando no es ni futbolero ni un seguidor especial de ese club.

Es decir, convenció a la mayoría de clubs pero no al número que exigía los estatutos. Su presentación fue buena, desarrolló un programa de ideas a aplicar a la ACB y a la Liga para salir de la crisis. Y eso es lo que «de verdad me preocupa. Yo llevo muchos años en el deporte y he sido secretario de Estado para el Deporte y antes, número dos, he estado en muchas reuniones con ellos y veo cómo está la Liga los últimos años. Hay que empezar a arreglar esto ya porque se hunde».

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