El Joventut va despejando el horizonte, al menos el económico. Otra cosa es que evite el descenso deportivo, que está muy difícil. Pero al menos la amenaza de disolución del club desaparece y eso se espera que traslade el club a sus accionistas en la junta extraordinaria de este jueves.
Como es sabido, la entidad verdinegra está sin liquidez desde enero para pagar a Hacienda la deuda contraída (400.000 euros anuales durante 8 años) y la plantilla y trabajadores del club. Asimismo, debe abonar otros gastos, desde hoteles y desplazamientos a atrasos de pasados años.
Para ello era básico el acuerdo para cobrar 4 millones del ayuntamiento en cuatro años en un convenio firmado hace seis meses. Sin embargo, el consistorio de Badalona no los pagó por problemas técnicos y jurídicos en ese convenio que hicieron al interventor municipal negarse al primer pago de 800.000 euros netos pues los otros 200.000 se van al propio ayuntamiento por impagos del IBI del Palau Olimpic en el pasado.
El pleno del ayuntamiento de este martes acordó proceder al pago siempre y cuando el club justifique las subvenciones otorgadas en 2014 y 2015. Hay un problema en esto porque se teme que el dinero pagado en su día a la Fundación del Joventut, 900.000 euros anuales, para labores de promoción del baloncesto y la cantera se podrían haber usado en el primer equipo, lo que no estaría acorde con el documento firmado en su día. Si se documenta todo bien, se abonarán de inmediato 450.000 euros de esos 900.000 para dar liquidez al consejo de administración. Más adelante, se abonaría esos otros 800.000 anuales.
La alcaldesa, Dolors Sabater, ha explicado en Rac1 que si la Penya desciende el convenio de patrocinio «estaría en riesgo el valor del patrocinio porque está vinculado al retorno publicitario del club con los impactos televisivos de jugar en la ACB».