El Estudiantes afronta el tercio final de la liga regular con la ambición de engancharse a la lucha por el playoff tras una buena reacción desde diciembre. Txus Vidorreta, a sus 48 años, va a cumplir 25 como entrenador desde que comenzara a dirigir equipos siendo un niño. Cumple su tercera temporada en el banquillo colegial y en esta entrevista nos acercamos más a su figura y a su forma de entender el baloncesto y la vida. Es la cuarta de una serie de conversaciones que iniciamos -y puedes leer clickando sobre cada nombre- en enero con Ibon Navarro, luego con Salva Maldonado y a continuación con Xavi Pascual.
Esta es la que mantuvimos con Vidorreta:
Empezó muy joven a entrenar. ¿Fue algo tan vocacional?
Empecé a jugar con 8 años y no se me daba mal de niño, pero tenía poco físico. Jugamos un Campeonato de España en Sada, en A Coruña, y me acuerdo de que jugamos contra Estudiantes, entre otros, y que tenían a Antonio Martín. Unos años más tarde coincidía que nuestro entrenador a veces viajaba los fines de semana porque también entrenaba al primer equipo de nuestro club, el Patronato, y no podía estar con nosotros. En vez de poner a un asistente, decidió que lo dirigiera yo y la verdad es que me gustó. Jugué unos años más y en mi última temporada, con 19 años, había crecido y tal y disfruté mucho, anotaba… pero tenía claro que entrenar me había gustado. Con 25 años ya me había sacado el título superior en Logroño y luego fue clave entrar en el Caja Bilbao. Había enviado el curriculum y 5 años después ya entrenaba al primer equipo. Hubo unos años complicados y me llegó el otro paso decisivo en mi carrera, que fue la oferta de La Palma.
Eso fue ya en 1998 y la aceptó pese a estar muy lejos de Bilbao. ¿Te costó aceptarla? ¿Te acuerdas de cuánto cobrabas?
No, no me costó nada decidirme. Es una propuesta que me llegó a través de mi agente y como dos técnicos les habían dicho que no, tenían miedo de que yo también porque es la isla más alejada de la península, está lejos claro. Lo único que pedí previamente es conocer a la gente del club y me fue allí. Conocí al presidente, la directiva y fue todo muy bien. Mi intención era la de coger la oferta porque quería entrenar y cuando les conocí, pues con más motivo. Era finales de julio y recuerdo bien que regresé a Bilbao a los dos días muy satisfecho. Fueron tres años fantásticos. Siempre me defino como un embajador de La Palma. Me sentí muy cómodo y querido y desde el 98 hasta ahora prácticamente siempre he estado entrenando en algún sitio. Aprendí mucho en esos tres años en La Palma. ¿El sueldo? Eran 300.000 pesetas al mes en un contrato de 10 meses. Era un buen sueldo en aquel entonces y me da que muchos compañeros ahora en las ligas LEB no tienen este salario. Es una pena.
Fueron 9 años en Bilbao muy buenos, me he sentido muy bien trabajando en mi casa, eso por delante. Es cierto que en casa todo se vive más, los éxitos y los fracasos. Todo lo que vivimos, cada ascenso, jugar la Copa, aquella semifinal de la Eurocup, todo fue emocionante. Eso ha tenido dos premios luego aunque me fuera con un cese. Por un lado, el que te valoren como entrenador y poder ir a Alicante y Estudiantes porque siento que ahora soy mucho mejor entrenador tras estas dos experiencias, y por otro, que cada vez que juego en Bilbao me reciben mejor. Con cada visita cada temporada me dan una ovación en La Casilla antes y ahora en Miribilla y eso me pone la piel de gallina porque siento que es mi casa y es mi ciudad.
¿Sientes que tendrás una segunda etapa en Bilbao?
Sí, sí, no sé cuándo pero siento que sí aunque quizá no sea de entrenador. Al final es mi club, para mí La Palma, Alicante y Movistar Estudiantes han sido muy importantes. En el caso del Estu, lo es y lo será porque es un club que te engancha pero el Bilbao Basket es otra cosa. No tengo claro que vaya a volver de entrenador, creo que mi etapa en los banquillos tiene aún pasos por cubrir pero al final tienes que devolver algo de lo mucho que el baloncesto te ha dado en tu vida y se puede contribuir en un club de muchas maneras. Pero volver a Bilbao no me obsesiona, ya llegará.
En Alicante inicias un nuevo ciclo fuera de casa que fue muy bueno en lo deportivo, sobre todo con ese segundo año donde entráis en la Copa y en los playoffs en medio de una dantesca situación económica. Es curioso cómo te ha tocado vivir allí y en el Estu estos difíciles años en tantos clubs. Supongo que uno se acostumbra y te curte.
Hombre, yo entre 1998 y 2010 fui un privilegiado. No tuve problemas de pago pero sabíamos de clubs y compañeros que los sufrían. Yo pensaba que no podría trabajar en una situación así por el estress que comporta pero luego ves que lo importante adaptarte a las circunstancias y ayudar a que el sistema continúe aunque no esté en su mejor momento. En mi segundo año en Alicante la ayuda del presidente Luis Castillo fue clave para vivir esa gran segunda temporada y aunque no pudo llevar los temas económicos al día, sí ayudó mucho a tener un buen ambiente. Yo sólo, desde luego, no hubiera podido lidiar con todo. Y en mi último partido en Alicante, yo ya había decidido que no iba a continuar, viví otro de los momentos más emocionantes de mi carrera. Ganamos al Fuenlabrada con varios lesionados y entramos al playoff y el equipo regresó de los vestuarios a petición de una afición que había llenado el pabellón y puesta en pie. Esta es una profesión difícil y ese cariño de la gente es algo que queda y te llevas contigo y lo he vivido en La Palma, Bilbao y Alicante.
Hace año y medio, tras haber firmado por una temporada en Estudiantes, tenía que decidir si renovabas o no y lo hizo analizando el basket español en global, no sólo la difícil situación financiera del club colegial.
Siempre te has preocupado por estas cosas y por otras ajenas a la cancha y a la propia labor de entrenar en busca de un liga más sana y de una ACB más competitiva. Con propuestas de diferente tipo.
Sí, ya te he dicho que me encanta entrenar pero sobre todo amo el baloncesto y me gusta reflexionar sobre él en global. Y más en momentos de dificultad como en el presente. Otra cosa es que me escuchen o me hagan caso, pero siempre estaré disponible en cualquier foro donde se me quiera consultar a nivel privado. Sí creo que hay que hacer cambios en nuestra liga pero tampoco creo sean necesarios tantos. Sí pienso que los equipos que no disputamos competición europea jugamos pocos partidos, los de Euroliga muchos y los de Eurocup a veces también. Pero el resto no y hay meses donde sólo jugamos un partido ante nuestra afición y máximo dos, y eso es muy poco, máxime ante una afición fiel como por ejemplo la nuestra.
Hace un año y pico me dijiste una frase que se me quedó grabada: ‘este deporte cambia, toma nuevas reglas, pero sin contar con el entrenador y a nosotros nos toca adaptarnos a todo’. De dos partes a cuatro cuartos, de posesiones de 30 segundos a tener 24, se cambia la zona, se alejan la línea de tres, el semicírculo defensivo, una semana tenéis a un jugador y a la siguiente no porque el club lo vende. O tienes dos lesionados y no te fichan nada porque no hay dinero… Tarde o temprano habrá que ensanchar la pista y eso cambiará las defensas y los ataques… El reciclaje es continuo y pasa sólo en este deporte.
Si vieras un vídeo tuyo dirigiendo un partido hace 10 años, ¿verías un entrenador muy distinto?
Uffff, muy distinto. Es que el propio baloncesto ha cambiado mucho en diez años, se juega a mayor velocidad, los pívots son más grandes, hay más atleticismo en la mayoría de los jugadores… Y yo he cambiado mucho como entrenador. Mis compañeros de banquillo y mis jugadores saben que soy muy complejo en lo táctico y aprendo mucho de todos mis colegas de banquillo, los estudio mucho. Tengo muy claro que mis equipos ahora compiten mejor y desde luego de una forma diferente a hace unos años. No sé si ganando más o menos partidos porque ganar en la Liga Endesa siempre ha sido muy difícil y ahora más para algunos clubs con las diferencias de presupuestos que hay. Pero competimos más partidos que hace unos años. Cuando llegué a la ACB con el Bilbao se repetían más los malos días sin competir de lo que se repiten ahora.
¿Y cómo se le dice -y convence- a un jugador profesional de 28, 30 ó 35 años que todavía puede mejorar cosas de su juego? Que no puede quedarse estancado.
Los jugadores suelen ser receptivos, hay muy pocos que no saquen cosas de su entrenador jefe, de sus ayudantes o del especialista en cosas técnicas como nosotros tenemos aquí a Angel Goñi. Siempre deben añadir cosas nuevas a su juego en verano para mejorar. Yo a un jugador de 30 años no le voy a cambiar su mecánica de tiro pero, por ir a un ejemplo concreto, tenemos a Diamond Simpson con problemas en el tiros libres. Pues aparte de que coloque mejor brazos y flexiones más las rodillas estamos trabajando con él a nivel mental. Que vaya a la línea de personal con una sonrisa, no agobiado pensando que los va a fallar. Y si fallas el primero, no pasa nada, una sonrisa y a meter el segundo.
Es un convencido del ‘coaching’ para mejorar al grupo.
Con los años creo que me he vuelto más dialogante con los jugadores y creo que tener un especialista que trabaje la mente es algo muy bueno y que veo que nos ayuda. Si tenemos especialistas en ataque, en defensa, en scouting, no sé por qué no vamos a aprovechar a un especialista que te haga tener una mentalidad positiva y adecuada ante los retos que tienes como equipo. Hace 30 ó 40 años los entrenadores en el fútbol llevaban la preparación físico y luego llegó la figura del preparador físico. Ahora la tienen hasta los equipos no profesionales. Pues creo que en esta década estamos poniendo las bases de lo que será el entrenamiento mental y que la próxima década será algo normalizado en todos los equipos.
Llevas muchos años usando distintas defensas zonales, que requieren un aprendizaje y una mecanización durante meses, y fuiste de los primeros en España, quizá con Moncho Fernández, en usar los ahora célebres mismatch, sin miedo a emparejar a un pequeño con un grande, algo que ya todos los entrenadores emplean. Si se hace bien, funciona, si dos jugadores no se hablan y cambian mal en un bloqueo, canasta y falta muchas veces.
Otra frase que te define y repites mucho es que te gusta que tu equipo sea ‘coral’, con muchos jugadores aportando en ataque. Al final estos equipos no pueden tener un Navarro o un Rudy en su plantilla y eso hace que el juego no pivote alrededor de un jugador estrella.
Ojo, es que el Barcelona tampoco depende de Navarro, ni en sus mejores años dependía. Cuando el Barça tiene a Juan Carlos bien está claro que es un mejor equipo. Ni el Madrid depende de Sergio Rodríguez, pero cuando Sergio está de dulce y con fluidez, el Madrid es otro, por poner otro ejemplo. Pero sí creo que en general un equipo es más difícil de batir cuando tiene un juego colectivo bueno y te lo digo cuando vengo de perder contra un Fuenlabrada donde Burtt y Panko nos hicieron 55 puntos. Pero me gustó mucho el trabajo colectivo que hizo el Fuenlabrada a nivel defensivo, de intensidad en la cancha. Sin ese esfuerzo de todos y si esos dos no llegan a estar tan acertados, podríamos haber ganado porque valoramos 100. Esto significa que un equipo debe estar construido sobre unas bases sólidas y no sobre uno o dos jugadores porque si éstos se lesionan o tienen un mal día, un equipo se resquebraja.
En este sentido, yo estoy muy contento de cómo hemos conseguido conformar nuestro equip0 desde diciembre con la llegada de Aradori y una vez que Bircevic se ha recuperado de su lesión. Tenemos dos buenos jugadores por puesto y hemos crecido mucho como equipo estos meses, no en vano estamos con cinco victorias en los últimos 7 partidos y en los anteriores, dos los perdimos fuera de casa por un punto y teniendo bola para ganar. Pero no entraron esos tiros, bueno, mala suerte pero el trabajo bueno ya lo veníamos haciendo. Estamos en el mejor momento como equipo en el inicio de una segunda vuelta en estos tres años que llevo en Estudiantes.
Otra cosa en la que sueles insistir mucho es en la importancia de mantener un núcleo de jugadores en verano con pocos cambios para que un equipo pueda crecer. Moncho Fernández en Obradoiro, Pedro Martínez en su ciclo en el Gran Canaria, Salva Maldonado en el Joventut…
Lo hablaba con Salva el otro día antes del partido. ¡Mis años en Bilbao! Siempre había una columna de seis-siete jugadores sobre la que construir el equipo.
En Estudiantes no ha sido posible estos pasados años por tema económico pero club y afición deben ver que la estructura para crecer ya la tienen.
El salto de EBA a ACB es muy complicado. Se ve en todos los clubs, dar paso a más de un joven cada año, sea un fichaje extranjero o un canterano, es muy complicado.
Bueno, nosotros tenemos a Hernangómez y a Jaime Fernández, que sí, que está en su cuarta temporada en la ACB pero es en ésta donde está dando un salto de calidad. Tiene sólo 21 años y en los últimos partidos, es el base titular del equipo, es decir, que confíamos plenamente en él. Y dos canteranos de diez en tu rotación es muchísimo. En una plantilla tienes que tener de todo, veteranía, juventud, gente más atlética, gente más especialista… Es que en el Joventut, por hablar de un club con similitudes al nuestro, su éxito este año se basa en mantener a la columna vertebral de la pasada temporada, con los canteranos un año más experimentados, y añadirle dos veteranos contrastados como Mallet y Sergi Vidal más un Suton que no es ningún chaval… Abalde juega con ellos menos que Hernangómez con nosotros cuando en la selección el pasado verano era el titular y jugaba más que Juancho. Eso hay que ponerlo en valor. Aparte, el Joventut tiene un convenio con un club para que sus jugadores jueguen en la LEB. Nosotros no podemos permitírnoslo y para dar el salto desde la EBA, pues muchas veces una cesión como tienen Vicedo, Guerra y Brizuela puede ser la mejor opción para que jueguen muchos minutos.
Supongo que esperas entrenar algún día a un grande con alto presupuesto y sentir lo que es luchar por los títulos.
Ya entreno a un grande, ojo. Estoy en un club histórico. Sería por mi parte muy ingrato no estar agradecido a Bilbao, Alicante y Estudiantes por la oportunidad de entrenar en ACB. ¡Cuántos colegas no desearían vivirlo! Las cosas llegarán si tienen que llegar. Mi objetivo no es entrenar a un grande sino pelear por ganar la Liga Endesa con algún club y estoy convencido de que algún día lo viviré. Y hay otro objetivo, que es entrenar en la Euroliga. Ya he dirigido en Eurocup, me falta la Euroliga. Si para ello tengo que salir al mercado europeo, estoy preparado, eso lo tengo muy claro. Hacerlo bien fuera te puede abrir luego las puertas en España a los equipos de gran presupuesto y Joan Plaza nos enseñó el camino yéndose al Zalgiris.
Esa es la tensión buena, la que hace vibrar a un equipo, no la de si voy a fallar, el descenso… Bueno, no pudimos pelear por la Copa pero ahora llevamos una buena trayectoria. El playoff está complicado pero no imposible. Pero vamos a mirar adelante, hemos marcado distancias con los de abajo con nuestras victorias y es lógico que ahora miremos a los del medio de la tabla. Estamos ya empatados con Murcia y Obradoiro que durante buena parte de la primera vuelta nos sacaban dos, tres, cuatro victorias. Ya hemos dado un paso adelante. Ahora hay que dar otros para seguir escalando, hay que tener esa ambición. Yo la tengo, y creo que el equipo está preparado para lograrlo. Tenemos una buena rotación, hemos mostrado un buen juego, la trayectoria reciente es muy buena… Se trata de mantener y mejorar si se puede este balance y si no vamos al playoff, que no sea porque no hemos peleado bien por alcanzarlo.